El Gobierno de Bolivia anunció la cancelación del concierto de Luis Miguel debido a amenazas de bloqueo por parte de políticos opositores, lo que impediría el traslado del equipo desde Chile hasta Santa Cruz.
El viceministro de Defensa del Consumidor mencionó que la seguridad no estaba garantizada para los camiones de sonido y que también existía el temor de escasez de combustible.
Responsabilizó a la oposición por generar incertidumbre y afectar a la empresa organizadora.
Sectores afines a Evo Morales bloqueaban puntos del país por temas judiciales y legislativos. Aunque se tenían vendidas casi 10,000 entradas de las 24,266 disponibles, el concierto fue suspendido, generando indignación en redes sociales.
Esta cancelación se añade a otros eventos suspendidos en Bolivia en años anteriores, como los de Don Omar, Flor Bertotti y Christian Nodal.